Dormitorios infantiles: ¿cuál es la posición correcta del escritorio?
Amueblar el dormitorio no significa sólo crear un espacio estéticamente agradable y acorde con los gustos de los niños o jóvenes que vivirán allí a diario, sino también asegurarse de que cada elemento esté en el lugar adecuado. Pensemos, por ejemplo, en la importancia de los pupitres para el estudio y las actividades creativas: este elemento del mobiliario, de hecho, no sólo debe elegirse de modo que ofrezca una superficie de apoyo adecuada, sino que también debe colocarse en la habitación teniendo en cuenta diversos factores. Intentemos, pues, comprender cuál es la posición correcta de un escritorio en el dormitorio de un niño y cómo optimizar su uso.
Evitar las distracciones para ser más productivo
El escritorio se utiliza principalmente para estudiar o, en cualquier caso, para aquellas actividades que requieren una mayor concentración, por lo que es necesario considerar la posibilidad de evitar cualquier fuente de distracción alrededor de este mueble. Es mejor evitar, por ejemplo, colocarlo frente al televisor, una puerta u otras zonas concurridas de la casa, prefiriendo en cambio un rincón tranquilo de la habitación, capaz de “aislar” a los niños y favorecer la atención.
Si el espacio lo permite, una buena idea puede ser utilizar tabiques o paredes móviles, si es necesario, para crear una verdadera separación visual y reducir las distracciones del exterior.
La posición del escritorio y el espacio para moverse
A la hora de colocar el escritorio, tampoco hay que subestimar la importancia del espacio para moverse. El usuario del escritorio también debe estar cómodo en este sentido, con espacio para estirar las piernas y moverse libremente. El consejo es proporcionar un espacio de al menos 60-80 cm de profundidad y 100-120 cm de anchura para el escritorio, así como un área circundante adecuada para la silla y el movimiento del cuerpo.
Ergonomía y organización para maximizar el confort y la practicidad
Una vez considerados todos estos elementos, podemos finalmente hacer la elección fijándonos en la comodidad del escritorio y la practicidad de uso, dos factores que dependen también del tipo de producto elegido y del resto del mobiliario de la habitación. El aspecto ergonómico tiene una importancia fundamental por una cuestión de bienestar, sobre todo en una fase de la vida en la que el cuerpo evoluciona con el tiempo. Para evitar problemas de salud relacionados, por ejemplo, con una mala postura, tanto el pupitre como la silla deben ajustarse de modo que el niño pueda sentarse con los pies apoyados en el suelo, las rodillas en un ángulo de 90 grados y los antebrazos paralelos a la superficie de trabajo.
Por eso es mejor invertir en un modelo como el pupitre William de Nidi, diseñado pensando en el bienestar de los niños, con un tablero regulable en altura, combinado con una silla que se adapta al crecimiento del niño.
Por último, preste atención a la organizacióndel espacio y a la presencia de cajones empotrados o elementos adicionales, como estanterías y armarios, para mantener un espacio de trabajo eficiente y ordenado. Puedes utilizar, por ejemplo, cajones, estantes y accesorios para mantener todo el material escolar al alcance de la mano, pero fuera de la superficie de trabajo principal.
Colocar correctamente el escritorio en el dormitorio es, por tanto, crucial para crear un entorno de estudio eficaz y saludable. Teniendo en cuenta factores como la iluminación natural, la ergonomía y la organización, será posible configurar una zona de estudio que favorezca la concentración y el bienestar del niño, sin descuidar el factor estético y la posibilidad de ofrecer a los más pequeños un espacio en el que dar rienda suelta a su creatividad.
